Una estrella Michelin
CARLOS GAYTÁN
HA’ Y TZUCO
XCARET, MÉXICO – CHICAGO, USA
Embajador a escala mundial de la gastronomía mexicana y el primer mexicano en ganar una estrella Michelin.
El trajín de Carlos en la cocina comenzó cuando apenas tenía 14 años. En ese entonces, todos los sábados, el joven preparaba barbacoa de chivo en su natal Huitzuco, Guerrero, pero su labor no se limitaba a la preparación, sino que él mismo elegía al animal que sería sacrificado y, una vez que todo estaba en su punto, Carlos y su familia abrían las puertas de su casa para vender la comida. La barbacoa se acababa en una hora.
Fue así que las recetas de sus padres y abuelos se convirtieron en los maestros de su cocina y las guías bajo las que Carlos Gaytán comenzó a mezclar los sabores que lo han inspirado durante años.
En Estados Unidos, Carlos comenzó a trabajar como lavaplatos. Después ascendió a cocinero en el Sheraton North Shore Hotel y luego se desempeñó como jefe de cocina y chef de banquetes en el Union League Club de Chicago. Sin embargo, fue hasta el Bistro Margot, donde su carrera se catapultó para ser chef de cocina, gracias a la tutela del reconocido Dominique Tougne, con quien encontró el toque para abrir el primero de sus restaurantes: El Mexique, en 2013.
El sueño de Mexique duró 10 años y en 2018 decidió cerrar sus puertas para dar paso a nuevos proyectos. Ese mismo año regresó al país para abrir un nuevo restaurante: Há (que en maya significa agua), ubicado al interior del Hotel Xcaret, en la Riviera Maya, un auténtico paraíso para disfrutar de la gastronomía. Este restaurante ofrece lo mejor de la cocina mexicana contemporánea en un menú degustación de siete tiempos, en el que la concepción de los platillos está basada en los múltiples viajes que hizo el chef para encontrar los mejores ingredientes
Pero Carlos no se conforma con este proyecto; recientemente anunció que abriría tres restaurantes más. El primero lleva por nombre Tzuco y está inspirado en la comida mexicana de su natal Guerrero, cuya sede estará en la ciudad que le ha dado suerte: Chicago. El nombre es un homenaje a Huitzuco (“lugar de espinas”, en náhuatl), el pueblo donde vivió hasta los 20 años antes partir a Estados Unidos.