El puerto en tu paladar

Escrito por Itzel Cruz | Categoría: Experiencia

Platillo de la chef Tita en la cena de Embajadores

Si hay algo que me fascina de Puerto Vallarta, además de sus atardeceres impresionantes y la calidez de su gente, es la explosión de colores que se encuentran por toda la ciudad. Desde las paredes llenas de arte en el malecón hasta los mercados llenos de vida, Vallarta es un lienzo vibrante que no deja de sorprender. Pero hoy quiero hablarles de cómo esos mismos colores y conceptos que nos cautivan en los murales y las pinturas, también se reflejan en los platos que nos sirven en los restaurantes y mercados de este lugar.

¿Alguna vez te has preguntado de dónde sacan inspiración los chefs, las personas que se dedican al arte culinario? Yo sí, y estoy segura de que cada uno tendrá una respuesta diferente, pero a mí me gusta pensar que se inspiran en todo lo que los rodea. En Vallarta, la cocina no es solo una manera de alimentarnos; es todo un acto de creatividad. Los ingredientes vibrantes, llenos de color, y la imaginación de los chefs locales se combinan para crear platos que no solo llenan el estómago, sino que también tocan el alma. Al igual que los artistas que pintan y esculpen la historia de la ciudad, los chefs también cuentan historias, pero a través de los sabores, las texturas y los colores que ofrecen en cada plato.

Cada vez que me siento a la mesa en uno de los restaurantes de Vallarta, no solo me preparo para una comida, sino para una experiencia sensorial completa. La comida se convierte en arte, y el arte se convierte en comida. Es como si, al probar un platillo, estuvieras saboreando la historia de la ciudad misma, de sus costumbres, de sus raíces y de las manos que con cariño preparan esos manjares.

Te invito a que, cada vez que visites un restaurante, mercado o cualquier lugar en el puerto donde disfrutes de la comida, te tomes unos minutos para detenerte y observar los colores, las texturas y los detalles que componen el plato. Y después, cuando lo pruebes, saborea no solo el sabor, sino la historia que está escondida en cada bocado. Aunque pueda sonar un poco cliché, te aseguro que cada platillo tiene un trasfondo, algo que el chef pensó y preparó con inspiración. Pero lo más bonito es que, cuando ese plato llega a tu paladar, puede tener un significado completamente nuevo, único y personal para ti.

Es como una conversación silenciosa entre la ciudad, el chef y tú, una conversación que se entiende no solo con palabras, sino con los sentidos. ¡Anímate a descubrirla!