El Pan

Escrito por Consuelo Elipe | Categoría: Gastronomía

Distintos tipos de pan

Este blog va dedicado al alimento que más me gusta de este mundo, el que cuando pienso que me llevaría a una isla desierta si solo pudiera elegir uno, sería siempre el pan.

Vivimos una locura de panaderías y tipos de panes, pero lo más interesante es su historia y sobre todo su simbología que se remonta a hace más de 6000 años, ya hace 5000 años en la Epopeya de Gilgamesh el pan se ofrecía a los Dioses. 

En el antiguo Egipto, este alimento albergaba creencias muy complejas. El trigo se asociaba con el simbolismo de la resurrección o con la supervivencia de los muertos y el ciclo de las estaciones iba atado a esta metáfora. Además, los egipcios incluían el pan en la tumba para el tránsito hacia el más allá de sus muertos como una manera de representar el paso a la abundancia.

El pan es un alimento básico en la simbología de muchas de las tradiciones, símbolo ligado a la Diosa Demeter, diosa griega de la agricultura, ligada al pan y a los cereales, protectora de las cosechas y sobre todo del trigo que es el principal ingrediente del pan. 

En la Roma imperial, los panaderos celebraban el 9 de junio las vestales, en honor a Vesta, la diosa del hogar asociada con el fuego que arde en la chimenea. 

En algunos países musulmanes el pan se cocina para algunas fiestas como el Id al-Fitr, festividad religiosa de la tradición islámica, que sigue al Ramadán.

El challah es un pan tradicional de origen judío elaborado con una masa rica en huevo y mantequilla, que se sirve el viernes por la noche en la cena del Sabbat. Además, durante la pascua judía, también se come un pan ácimo denominado matzah, Se utiliza para conmemorar el pasaje de la Torá en que los judíos salen de Egipto y dan fin a su esclavitud. La tradición dice que, puesto que tuvieron que escapar en plena noche, sólo pudieron llevar pan que tuvieron que cocinar antes de que hubiera fermentado.

El pan es la encarnación de Dios, en la eucaristía es la “Carne de Cristo", se da en la comunión a los feligreses este pan sin levadura, recordando la Última cena en la que Jesús compartió con sus discípulos. 

El pan es por tanto de una gran simbología, ya que en él podemos ver los cuatro elementos. La semilla crece gracias a la tierra, el agua sirve para que la harina se haga masa, el aire lo fermenta y el fuego cambia la naturaleza para convertirlo en el pan final que degustamos. 

Si nos fijamos ya en su historia además de su simbología, leemos que los inicios podrían haber sido una masa de granos semi molidos y humedecidos que quizás se coció al sol sobre una piedra caliente o junto al fuego, en sus brasas o cenizas. Es lo que se llama plan ácimo, sin levadura.

A partir de ahí su evolución va de la mano con la mejora de la parte mecánica que permitió pulverizar los granos, la mejora en los microorganismos que pueblan la levadura y finalmente la evolución de los elementos que dan el calor para su cocción. 

Las primeras evidencias de uso de la levadura son en Egipto, así como el empleo de hornos, aunque se cree que la fermentación la descubrieron por casualidad, observando que cuando lo dejaban un tiempo en un ambiente húmedo, aumentaba su volumen y estaba más ligero y sabroso. Fue tan importante en su cultura que se usó como moneda para pagar los jornales.

En Roma durante la República había hornos públicos y para los legionarios fue su alimento diario, haciendo unos panes con forma de anillo. El nombre de pan viene precisamente del latín pannus (masa blanca) y algunos soldados de países como Alemania o Suecia que habían combatido en el ejército romano extendieron su uso. 

Cuando cae el imperio romano se produjo un desabastecimiento de trigo en toda Europa y se introdujo el pan de centeno y cebada que en la Edad media se quedó para los más pobres mientras que el pan blanco era solo para los ricos. 

Con el pasar de los años se fue mejorando el proceso y sobre todo automatizando hasta alcanzar la gran variedad actual y el consumo masivo. 

En cuanto a los tipos de panes que hoy conocemos, son casi infinitos, aunque los ingredientes básicos para hacer pan es harina, agua y levadura.

Existen muchos tipos de pan que pueden contener otros ingredientes; si son grasas de diferentes tipos —aceite, mantequilla, tocino de cerdo o de vaca—, se llama pan lactal; también puede incorporar huevos, azúcar, especias, frutas, frutos secos —como por ejemplo pasas—, verduras como la cebolla y el ajo, o semillas diversas.

El pan elaborado sin el uso de levadura se le llama pan ácimo y, debido a esa falta de levadura, carece de la esponjosidad típica del pan «hinchado» o «levado». 

Desde hace ya unos años el pan de moda es el pan de masa madre, tanto ha proliferado este concepto o denominación que ya no se sabe si todos son auténticos. La principal diferencia con el pan común es que este utiliza levadura fresca o seca y el de masa madre se elabora mediante la fermentación de la masa con harina y agua, llevando más tiempo, alrededor de cinco días. 

Hay opiniones para todos los gustos, algunos dicen que no significa que uno sea más sano que otro, sin embargo, otros señalan que el pan de masa madre es más fácil de digerir, tiene mayor absorción de nutrientes y contiene bacterias prebióticas. 

Sea como sea su proceso, un pan bien hecho es la mayor delicia, su olor cuando pasas por una panadería que está sacando el pan calentito es algo inolvidable que te conforta el corazón.